domingo, 6 de mayo de 2012

Rumores, Eladio Aponte o la enfermedad

¿Qué hace que un país recurra al rumor como modo de comunicar sus aspiraciones, deseos y expectativas? ¿Por qué opositores, cercanos al Gobierno y ciudadanos sin posiciones políticas recurren o repiten las “bolas” de origen desconocido, generalmente medias verdades o medias mentiras? Pero, sobre todo, ¿por qué el ministro de comunicaciones, y algunos otros voceros del Gobierno o el Estado, responden a un rumor en las redes sociales con un desmentido escueto y superficial en las propias redes sociales? Bruno Gallo bruno_gallo@yahoo.com ¿Cómo es que un magistrado del principal tribunal del país, denuncia cosas tan graves como la inexistencia de separación de Poderes, la total falta de autonomía del Poder Judicial, manejos corrompidos e influenciados por las más perversas fuerzas de una sociedad, denuncia narcotráfico en la Fuerza Armada… y quienes le responden, lo hacen calificando de delincuente a un ex magistrado que se confiesa delincuente, en lugar de responder a la veracidad o falsedad de sus denuncias, aportar pruebas, argumentos o por lo menos ordenar una investigación? ¿Cómo es que un hombre que durante largos años acompañó “el proceso”, de pronto es un delincuente solitario, no forma parte de una banda o la banda estaba formada sólo por él y Walid Makled, no tiene cómplices vinculados al poder y su única pifia fue firmarle un carnet al turco? ¿Qué hace que la enfermedad del primer mandatario se convierta en el tema principal de tirios y troyanos, que se aplacen decisiones y medidas gubernamentales, que se silencien los voceros del Gobierno y que se sienta un vacio importante en el mundo político en general? ¿Por qué surgen rumores de “golpe” o “conmoción social” en caso de que al Presidente le “suceda algo”, si la enfermedad del presidente tiene un “desenlace fatal”, por qué la consigna “Con Chávez Todo, sin Chávez Plomo”, que repiten algunos colectivos? Los rumores, Aponte Aponte, la enfermedad del Presidente y hasta el comportamiento de los motorizados en el tráfico de nuestras grandes ciudades tienen la misma explicación. Una cierta anomia se apoderó de las calles, de los espacios públicos. Se ha perdido la importancia de un mínimo de normas sociales universalmente validas que nos permitan convivir en paz, respetando el derecho ajeno. Aún peor, durante muchos años se ha instaurado la idea de que la Constitución y las Leyes son aplicables a unos y a otros no. Se exige su cumplimiento en unos casos y se antoja prescindible en otros. Lo que significa que la institucionalidad que la Carta Magna y las Leyes prevén es un comodín. Todo el peso de la Ley a la jueza Afiuni, toda la impunidad a los panas que pueden dejar que sus contenedores con drogas “duerman” seguros en una instalación militar (Aponte dixit) Siendo la muerte un hecho casi tan natural como un nacimiento y ojo, tal como reza un decir popular, no se requiere estar enfermo, para morir solo se requiere estar vivo, por eso la Constitución y las Leyes prevén las ausencias temporales y absolutas de un mandatario municipal, regional o nacional, para que la institucionalidad no sufra los sobresaltos y transiciones accidentadas típicas de las sociedades pobremente constituidas e institucionalmente débiles. No cabe la posibilidad de suspender elecciones, crear caos, sabotear gobiernos regionales en ausencia del jefe de Estado. La Constitución es clarísima, las elecciones están convocadas, hay formas de sustituir candidatos. Pero he allí el problema, durante más de una década un grupo de vetustas y acomodaticias consignas: el proceso, la revolución, el socialismo o la voluntad del líder, han ido sustituyendo paulatinamente el Imperio de la Ley. De allí que en lugar de política comunicacional del Estado tengamos rumores y programas gobierneros en los que un locutor, no periodista, se permite decir hijo de puta a un conocido editor pero ningún juez se atreva a meterlo en cintura aplicando la Ley. Por eso, Aponte Aponte se encumbró a punta de obediencia, siguiendo ordenes de las alturas del poder, metiendo preso a opositores molestos y haciendo favores. Un hombre que debía aplicar y vigilar el estricto cumplimiento de la Constitución y las leyes, terminó siendo un experto haciendo la dura lex maleable cual plastilina y torciendo la justicia. Con lo cual se caricaturiza el “Estado Democrático y Social de Derecho y de Justicia” previsto en la Constitución. El Caso Aponte Aponte puede ser una maldición, si continúa la impunidad, o un punto de inflexión que nos permita iniciar la rectificación. Una sociedad tribal, de pastores, recolectores o cazadores puede arreglárselas con un liderazgo fuerte y justo. Pero un país con millones de personas, intereses contrapuestos, proyectos antagónicos no puede prescindir de Leyes que sean válidas y aplicables a todos los ciudadanos desde el más rico al más humilde, desde el sacerdote a las meretrices, desde el poderoso al indigente, no importa el color de la vestimenta ni que poder lo ampare, la única manera de mantener este país fuera del caos es la aplicación universal de la Constitución y las leyes. Frente a cada coyuntura aparecen los atajos con apariencia seductora, sobre todo si se presentan en la voz retumbante del mesianismo. Lo que debe estar claro es que cada atajo nos acerca más al abismo de la anomia y el caos. Frente a cada coyuntura, sobre todo las más dolorosas, hay un solo camino. El camino es en la Constitución.

El Socialismo: separando el trigo de la paja

El debate histórico de la vasta gama de pensamientos y facciones de la izquierda universal ha ido produciendo monstruos, pesadillas, tiranías, paraísos perdidos, promesas utópicas, superación de la pobreza, justicia y… pare usted de contar. Obviamente y para curarme en salud, iguales y peores engendros produce la derecha universal. Bruno Gallo bruno_gallo@yahoo.com Desde Pol Pot, hasta el socialismo helvético, desde Stalin a Lula, desde Mao a Felipe González pasando por la pléyade de nuevos y extraños liderazgos socialistas en Nuestra América: Evo, Correa, Daniel Ortega y su jefe Hugo Chávez (ah y Fidel el jefe del jefe)… todos reivindican para ellos la herencia universal del pensamiento socialista. Algunos incluso, aspiran a ser herederos del verdadero pensamiento socialista. Esto obliga a quienes nos hemos identificado desde la infancia con el pensamiento socialista, a revivir el espíritu de los días de intenso debate que caracterizaron la ruptura de la izquierda libertaria del bastardo pensamiento autoritario del socialismo real de fuerte influencia soviética. Pero además, nos obliga, como dice el viejo refrán a separar el trigo de la paja, la esencia de los dogmas históricos generadores de injusticias y autoritarismos varios. 1.- Es tiempo de debatir si la tan aplazada “destrucción del capitalismo” es el resultado de un decreto presidencial, el resultado de la contradicción entre el desarrollo de las fuerzas productivas y las relaciones sociales de producción o es, como en la transición entre el feudalismo y el capitalismo, producto de la demostración palpable de la superioridad ética y productiva de una forma de producir capaz de generar más bienestar y autonomía a más personas, en lugar de homogeneidad, miseria y dependencia. ¿No será paja la destrucción política del capitalismo y trigo la superación de este por la vía de un poder paralelo de otras formas productivas no necesariamente antagónicas, pero si diferentes? 2.- Es tiempo de debatir si es posible un sistema político y productivo, éticamente y democráticamente superior, si depende de las opiniones, deseos, veleidades, salud y estado de ánimo de una sola persona. ¿No serán paja los caudillismos y trigo la ampliación de la capacidad de decidir de gente cada vez más culta, que participa más en los debates reales de la sociedad y realmente incide en la toma de decisiones? 3.- Es tiempo de discutir si el discurso y léxico belicista, el permanente llamado a la confrontación, los referentes militaristas son aceptables en el siglo XXI o si en su lugar se impone más entendimiento, más respeto a la diversidad, más heterogeneidad. ¿No será derechosa paja todo militarismo y trigo un movimiento abiertamente no violento, antibélico y libertario? 4.- Es tiempo de reconocer que la experiencia del socialismo real fue un rotundo fracaso, que no puede ser un referente de futuro para nadie, que la construcción de un Estado poderoso que todo lo controlaba generó enormes injusticias e inequidades, tantas, o más, que aquellas que pretendió superar. ¿No será paja el trasnocho nostálgico bolchevique y trigo repensar el socialismo desde relaciones más democráticas con y entre la gente? 5.- Nos vendría bien reflexionar sobre la relación con el resto del mundo, pensar si es posible que un grupo de gobiernos, que incluyen tiranías teocráticas, terrorismos de Estado, militarismos tribales, cuyos únicos rasgos comunes son un feroz autoritarismo y la enemistad con el imperio, jueguen al juego de la bipolaridad contra la gran fuerza imperial norteamericana o más bien nos convendría alinearnos con principios básicos válidos para las democracias y pueblos del mundo y actuar en correspondencia. ¿No será pura paja que la alianza con Ahmadineyad, Mugabe, los hermanos Castro y otros tiranillos y autoritarios puede llevarnos a un mundo mejor? 6.- Nos vendría bien reflexionar sobre políticas públicas como las expropiaciones, la eliminación de los colegios bilingües (a menos que una lengua sea el español y la otra una lengua indígena). Reflexionar sobre el control de todo cuanto se mueve, los excesos del populismo, partido único, las triquiñuelas presupuestarias, la politización del funcionariado público y de las misiones, la negación de la alternancia, el terror a perder el poder… Pues todas esas cosas están fundamentadas en dogmas ideológicos como la Dictadura del Proletariado, la Lucha de Clases, El Hombre Nuevo… que si lo hemos de valorar por sus resultados: represión, falta de libertad, burocratismo, etc. Habrá que convenir que en los tiempos que corren han demostrado ser pura paja. Por último, rescatar la tradición histórica del socialismo solo tiene sentido si ello implica más libertad y más justicia. Si se trata de una opción preferencial por los más humildes para hacerlos más felices, más cultos, más prósperos, no para igualarlos en el mendrugo y además con miedo a decir y hacer. El rescate de una cierta tradición histórica del socialismo tiene que ser en nombre de la Solidaridad, no en el de la Represión, en nombre de la diversidad, no del pensamiento único. En nombre de la poesía, de la belleza, de la alegría, no en nombre del resentimiento. Pues si al final se imponen, en nombre del socialismo, modelos estatistas, represivos, autoritarios, burocráticos, militaristas, etc… Entonces… Rosa Luxemburgo, Gramsci, el Che, Fabricio, Julius Fusik, Tania y todos los héroes de mi adolescencia habrán muerto en vano. Por un montón de paja y nada de trigo.

El Fondo de Prestaciones: Pepe Mujica y el Socialismo

Recientemente Pepe Mujica, un icono de la lucha armada de los años 60-70, un valiente Tupamaro sin tacha, dio unas declaraciones a una cadena internacional de televisión, en las que pone el tema del Socialismo en el tapete con la puntería que caracteriza a los viejos combatientes. Bruno Gallo bruno_gallo@yahoo.com Mujica dice …“yo creo en el socialismo, pero no creo en estatismo”. Y a propósito de ese socialismo que interviene en todos los ámbitos y supone a los ciudadanos débiles y necesitados de la ayuda del padrecito (Stalin o) Estado, esta semana se hace semipúblico el plan clandestino del Gobierno de crear un Fondo de Prestaciones Sociales, que bajo control del Estado servirá para financiar gasto público… Lo que, siendo el Gobierno un barril sin fondo pone en peligro las prestaciones de los trabajadores, pero lo más importante es que supone a los trabajadores hermanos menores a los que se les debe cuidar y custodiar sus bienes. Precisamente, se trata de una medida profundamente estatista que conculca el patrimonio y la relación de los trabajadores con sus prestaciones y asume la intermediación tutelar del Estado. Sin entrar a discernir sobre la extraordinaria incapacidad administrativa del Estado venezolano, que no es un detalle y que ha dilapidado enormes fortunas sin control alguno y sin dejar rastro, la medida supone la confiscación de la administración de un enorme caudal de dinero, las prestaciones de todos los empleados públicos y todos los trabajadores del sector privado, implica el manejo de una suma que podría estar rondando el 25% del Producto Interno Bruto. Son frecuentes las denuncias de trabajadores públicos que abandonan sus cargos, por despido, renuncia o jubilación, y que deben esperar mucho tiempo para que sus prestaciones, constitucionalmente de exigibilidad inmediata les sean canceladas. Pero además, significa una subestimación de los trabajadores al alejarlos del control de sus propios haberes, en lugar de caminar hacia el empoderamiento y la creciente participación de los ciudadanos en el ejercicio del gobierno. De hecho Mujica en la entrevista citada dice que para él, “la construcción del socialismo supone una sociedad mucho más culta, mucho más inteligente y mucho más rica”. En otras palabras supone un ciudadano mucho más autónomo porque la suma del saber, inteligencia y disfrute de la riqueza resulta en un ciudadano más capaz de tomar decisiones sin depender del poder y del dinero del Estado. Pero parece que los proyectos a los que le ha dado fuerza el Gobierno son justamente a los que reparten mendrugos y fortalecen dependencia. Pero el Socialismo del siglo XXI insiste con el viejo camino del stalinismo de anular al ciudadano en nombre de grandilocuentes discursos que aplazan la felicidad y la prosperidad hasta que lleguemos a la construcción del Cielo en la tierra. A eso también se refiere Mujica al decir que frente a la propuesta de Chávez el preferiría “un camino mucho más lento, de construcción mucho menos espectacular, mucho más autogestionario” Pues al final, un Estado omnipresente, que lo controla todo, que todo lo vigila, que considera a los ciudadanos y a los trabajadores hermanos menores, engendra una burocracia llena de privilegios, alcabalas y triquiñuelas, que aleja al ciudadano del poder y lo torna tan explotado como en el capitalismo salvaje, pero ahora el patrono es el Estado, la plusvalía va al Estado, las prestaciones las controla el Estado… No es de extrañar que la burguesía rusa tenga su núcleo en la más dura burocracia gubernamental del régimen soviético. Mujica al respecto es claro: “soy enemigo de la burocracia, de la burocratización, la gente tiene que manejar las cosas y ser responsable y eso hay que irlo ensayando desde abajo hacia arriba”. De tal manera que controlar el Fondo de Pensiones lejos de permitir que los trabajadores “manejen las cosas” es manejarle las cosas a los trabajadores, los hermanos menores. Mujica finalmente dice: “desconfío del Estado que cuando se hace demasiado grande pueda sustituir la iniciativa de la gente”, y tiene razones para desconfiar pues allí donde el Estado subestima a los ciudadanos y los trata como hermanos menores, termina casi indefectiblemente preludiando al Big Brother orweliano, que todo lo controla, todo lo vigila y al final todo lo que no consiente lo reprime.

¿Qué hicimos? o ¿qué no hicimos?

Hace dos semanas el Sr. Edgard Jaimes envió un correo comentando mi artículo de esa semana. En él pregunta sobre lo que hemos hecho para tener el país que tenemos. La verdad es que la pregunta me parece interesante por dos razones. Bruno Gallo bruno_gallo@yahoo.com La primera es que usa la primera persona del plural (hemos)… No se escuda tras el impersonal ellos, tercera persona del plural, para tratar de explicar como otros: los gobiernos, los políticos, los corruptos, los empresarios, los especuladores, etc., destruyeron este hermoso y rico país. La segunda razón es que no hay forma de componer el país, si no aceptamos que vamos por mal camino y reflexionamos seriamente sobre eso. Y aquí quisiera detenerme un momento. Si creemos que todo cuanto nos pasa, y nos pasa desde hace años, es el resultado de una conspiración del contrincante o de algún otro actor de la vida nacional, entonces estamos condenados a revolcarnos en el chiquero de nuestros desaciertos. Si pensamos que la inflación es culpa de los especuladores, la corrupción de los delincuentes con poder político, la delincuencia del capitalismo, la crisis eléctrica de la falta de lluvia o de las iguanas, la crisis del agua del recalentamiento global… etc, etc, etc. De esta manera estamos haciendo lo necesario para repetir incesantemente los mismos errores. En esta visión del mundo toda crítica es conspiración y toda conspiración debe ser reprimida o al menos respondida con firmeza. Ojo, este no es un esquema nuevo, no lo inventaron quienes están en el poder hoy. Ya en el pasado se había usado. Regresando al tema planteado por el Sr. Jaimes, qué fue lo que hicimos para tener un país en el que la calidad de vida de los ciudadanos, parece en franco retroceso desde hace varias décadas, a pesar de un ingreso petrolero que envidiarían muchos países. La verdad es que hemos hecho muchas cosas para que el país se encuentre en las condiciones actuales. Pero sobre todo, hay algo que NO hicimos. Los países que han logrado un cierto éxito, y no lo medimos en frías estadísticas, sino en la calidad de vida de sus ciudadanos, hicieron algo que nosotros no. Desarrollaron, más allá de las confrontaciones entre oponentes, una visión compartida, un proyecto de país, políticas de Estado. Llamémoslo como sea, pero trascendieron la coyuntura, las visiones parciales y se fijaron metas y derroteros claros como Nación. En un país con Proyecto ocurren cosas deseables para todos: Los ciudadanos, empresarios, organizaciones políticas y ciudadanas, de un país con proyecto, saben hacia donde va el país, conocen sus potenciales económicos y sus aspiraciones sociales, saben que hay cosas que no cambiarán si cambia quien gerencia o quien gobierna. Hay reglas claras y universalmente válidas. Todos saben a qué atenerse en ámbitos que no se mueven al vaivén de la creatividad de un hombre, de la ideología del partido o de los intereses de la tribu. El sistema de justicia es imparcial, confiable, “justo”, la gente sabe que allí pueden dirimir diferencias sin que la balanza se incline a favor de quien tenga más dinero o influencias políticas. Con los países vecinos y aliados se tiene relaciones respetuosas y basadas en visiones de largo alcance, no basadas en la simpatía que se siente por quienes los dirigen coyunturalmente. Importa la comunidad de intereses, no la comunión ideológica. Los presupuestos se diseñan con base a metas y no a la improvisación, se acude a endeudamiento público con responsabilidad premeditada y no como si le pidieras unas monedas al compadre para completar para la cerveza. Los funcionarios al servicio del Estado están allí por sus capacidades y cualidades técnicas, por su currículo y no por la credencial del partido y mucho menos por su capacidad para templar testículos, aplaudir a un jefe o gritar la consigna de turno. Un Proyecto de País no puede ser el resultado de la visión de una parcialidad que se le impone a otras y las derrota hasta aniquilarlas. Un Proyecto de País es el resultado del reconocimiento de la existencia del otro, de intereses nacionales superiores a las visiones parciales. Una Visión Compartida, el resultado de un diálogo en el que se reconozcan las diferencias pero se fijen unas pocas Políticas de Estado en las que todos los sectores del país se comprometan: superación de la pobreza, inseguridad, estabilización macroeconómica, inflación y política petrolera, profesionalización del Estado y la carrera administrativa, reforma del sistema judicial hasta hacerlo imparcial y confiable. Si el país pudiera llegar a un acuerdo en ese puñado de temas se abriría para los ciudadanos un Futuro verdaderamente prometedor. Pero eso requiere actores políticos y sociales capaces de escucharse, de respetarse y de trascenderse a ellos mismos. Más que cambiar a un hombre en el poder, más que cambiar al partido en el poder, el reto es cambiar esta visión en el poder, que lamentablemente es anterior a quienes nos gobiernan hoy y parece presente en otras visiones y otras organizaciones políticas. Esta visión puede parecer ingenua, pero no hay forma de convertirnos en una Nación con un destino prometedor sin pasar por esta “ingenuidad”. Desde esta perspectiva, con actores que dialogan y abren grandes espacios de diálogo, las próximas elecciones no serán la batalla final. El próximo 7 de octubre dos visiones de país se confrontan. La que pueda interpretar mejor los sueños y aspiraciones del otro bando, no sé si tenga más oportunidades de ganar, pero tiene más oportunidades de hacer las cosas mejor. Si una de las dos visiones se impone liquidando a la otra, entonces… todos habremos perdido.

De la Democracia Participativa y Protagónica al, ¡Pa’lante Comandante!

En 13 años y algo de gobierno, Chávez y el movimiento que le sigue ha ido dejando tirados amigos, afectos, dirigentes, hombres y mujeres valiosos y valiosas (para remedar su redundancia de género). Pero también ha ido abandonando algunas nociones y conceptos que fueron tan importantes en los inicios, que se incluyeron, con relevante importancia en el Preámbulo del Texto Constitucional. Tal es el caso de la Democracia Participativa y Protagónica, desaparecida desde hace rato del vocabulario oficial, del repertorio de consignas y slogans de “El Proceso”. Bruno Gallo bruno_gallo@yahoo.com La Democracia Participativa y Protagónica por oposición a la Democracia Representativa, aparecía como la idea-fuerza más importante del proyecto político liderizado por Hugo Chávez a finales de los 90 y principios de su ya muy largo gobierno. Reclamaba para sí la democracia de la calle o democracia directa, la participación de la gente en la vida pública, en la Política en sentido estricto. Exigía acabar con la participación formal, sólo en elecciones y cada tantos años. Y confería a los movimientos sociales, a la gente organizada, el rol de protagonistas de sus destinos y el de la Nación. De pronto y sin mediar explicación el Poder Popular y las Comunas, con la carga Ideológica y léxica de la Revolución Cubana, aparece y se lleva por delante a la imberbe Democracia Directa o Protagónica. Es lógico que así sea, el Poder Popular de los cubanos está lejos de la democracia representativa, y más lejos aún de la democracia protagónica. Es la hija tropical del poder de los Soviets. Los Soviets rusos, en apariencia democráticos Consejos de Pobladores, Campesinos, Soldados y Obreros, que debían haber participado de forma protagónica en el destino de la “Madre Rusia”, terminaron siendo manejados por el Partido. En 1905, el propio Lenin en un debate con Trotsky le plantea que los soviets como forma de organización están muy bien, siempre y cuando estos sean controlados por el Partido. Y el Partido a la vuelta de unos años era Stalin, tal como el Partido Comunista de Cuba está tras el Poder Popular y lo aniquiló, pues el Partido Comunista es Fidel o su hermano Raúl. Así pues y consecuente con una historia de “personalismo revolucionario” (vaya contradicción) la Democracia Protagónica, asesinada y enterrada por la aparición del Partido de la Revolución (PSUV) que dicho sea, no existe sino bajo la conducción única, personalista y mesiánica de Hugo Chávez. Como varios conceptos más, que lucían frescos y prometedores, la Democracia Participativa y Protagónica fue asfixiada por “El Poder Popular y las Comunas”, amorfos conceptos que entrañan una esperanza histórica aniquilada por un colectivismo institucionalizado y domesticado por el PSUV, a su vez obediente a los designios del líder supremo. Sin embargo y para empeorar las cosas, la enfermedad del presidente de la República, devela la provisionalidad conceptual del Proceso y aparece la infausta consigna, PA’LANTE COMANDANTE, que mas allá de una arenga llena de buenos deseos, resume una visión de la política y del desarrollo de la “Revolución” que ya se notaba en consignas de los “colectivos” como: “Con Chávez Todo, Sin Chávez Plomo”, o incluso en la muy repetida UUH- AAH. Lo cierto es que la democracia participativa y protagónica primero. El poder popular y las comunas, aunque fueran bajo control férreo del Partido y las instituciones gubernamentales, han sido asfixiados por el avasallante peso del personalismo político. Ya hace algunos años algunos intelectuales del chavismo habían denunciado la inconveniencia del hiperliderazgo de Chávez, y el mismísimo Presidente se encargo de vapulearlos en un Aló Presidente. La consigna Pa’lante Comandante entraña la ruptura definitiva con las formas políticas en las que la gente cuenta y decide, puesto el líder y sus circunstancias en el centro del debate, puesto el líder como precondición para la sobrevivencia de la revolución, la revolución ha muerto. No puede trascenderse la democracia representativa y “burguesa” allí donde todo lo decide un Líder, no puede haber un poder mas horizontal si la palabra del “Líder” concluye todo debate. Qué clase de partido, qué clase de gobierno, qué clase de país es el que se construye desde un proyecto de Unanimidad con el líder. No hay debate, no hay disenso. Demasiado sospechoso. La improvisación basada en la creatividad del jefe, sustituye todo proyecto. El cambio de rumbo justificado por estados de ánimo o de salud, minan el futuro de todos. Hoy el protagonismo de la gente, el Poder Popular, ha quedado sepultado ante el despliegue enorme de todo cuanto dice o hace Chávez desde Cuba: su enfermedad, sus malestares, su recuperación, su niñez, sus hazañas deportivas. No hay otro protagonismo posible frente a un “liderazgo” de semejantes dimensiones.

Hilarión Cardozo, El Camarada y la tolerancia

El 21 de febrero murió Hilarión Cardozo. Sobre él tengo poco que decir porque poco sé. No lo conocí y las circunstancias en la que alguna vez lo vi, hablan más de lo que fui, que de lo que fue. Pero en las actuales circunstancias de menguada tolerancia política la anécdota puede ser edificante. Bruno Gallo bruno_gallo@yahoo.com Corrían los años 80 y se vivía una especie de resurgimiento de la fortaleza del movimiento estudiantil. Centroamérica era un polvorín y el Gobierno venezolano, del presidente Herrera Campins intervenía descaradamente en El Salvador a favor del Partido Demócrata Cristiano de ese país. La Universidad Central de Venezuela había sido ya escenario de rudas confrontaciones por ese tema cuando una tarde cualquiera en la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, Hilarión Cardozo era invitado a una conferencia. Las organizaciones de izquierda radical reaccionamos y lo echamos a patadas de esa Zona Liberada donde las sombras se vencen. Yo venía del comedor y ante la imposibilidad de empujar al enemigo del pueblo, le lancé un certero naranjazo a la cabeza… Humillado, Cardozo abandonó la heroica U-U-UCV y quienes lo expulsamos sentimos el regocijo de la victoria contra las fuerzas del mal y el oscurantismo. Militante como era de la Liga Socialista, llegué a la reunión semanal de la Dirección Universitaria contando la “hazaña”. Allí se encontraba un miembro de la Dirección Nacional de la organización y lejos de celebrar mi versión jocosa de la humillación a Hilarión Cardozo, me miraba fijamente. Terminado el relato, El Camarada, cuyo nombre me reservo y luego entenderán por qué, suspiró y me espetó: “Ese señor es un caballero, no merece ese trato”, mi sonrisa de orgullo se congeló, me sentí como un tonto, pero aún no había terminado. El Camarada contó que siendo Hilarión Cardozo representante de Copei en el Consejo Supremo Electoral, la Liga Socialista intentaba legalizar su condición de Partido Político, él y otros dirigentes nacionales de la organización con una fuerte tradición abstencionista y rebelde, estaban haciendo los trámites, cuando una comisión de la Disip se presentó a detenerlos. Hilarión Cardozo, con un par de aquellas, los confrontó y exigió respeto para unos dirigentes políticos que estaban entrando en la vida legal y aceptando las reglas de juego de la confrontación electoral. La comisión insistía en llevarlos detenidos e Hilarión Cardozo se mantuvo consecuente y firme para evitarlo. El Camarada siguió hablando de la rectitud, valentía y firmeza de Hilarión Cardozo, de las muchas horas durante las cuales peleó con la comisión de la Disip y evitó su detención, que se quedaron en el CSE hasta la madrugada, que luego los llevó a todos hasta sus casas. Mientras tanto yo, simplemente, me hundía en la vergüenza, pensando en el naranjazo, en los empujones y los escupitajos que tuvo que soportar ese hombre al que mi jefe político sabía diferente, reconocía las divergencias, pero respetaba y exigía respeto para él. Creo que fue una enorme lección de tolerancia política, inolvidable y cambió mi visión sobre el respeto a los que piensan distinto a mí. Muchos años después cuando escribía en este semanario y las circunstancias políticas, las tensiones entre chavismo y oposición, las confrontaciones sordas, la incapacidad para reconocer al otro, requerían palabras y gestos para reforzar la tolerancia, me encontré con El Camarada, le hablé del impacto que había causado en mí su noble lección de tolerancia y le dije que pensaba escribir sobre el tema y solicité permiso para usar su nombre. El Camarada titubeó, habló del proceso revolucionario, se desdijo, se disgustó, dijo que no dijo, que no era preciso mi recuerdo, que había pasado mucho tiempo. Pero, sobre todo, destilaba el terror a que sus compañeros de entonces, militantes del bolivarianismo chavista pensaran que tanta “tolerancia” era una muestra de debilidad “intolerable” para un revolucionario, devenido en empleado público protector de su chamba. Por eso no digo su nombre. En esta realidad política de acomodos y reacomodos, de temor a perder el chivo o el mecate, de jaladera …y no de chivo, todo es provisional y hasta nuevo aviso, incluso, las posturas éticas que formaron una generación, las nociones que se defendían con furor, son perfectamente negociables. El Camarada me dio una lección de tolerancia de la que luego se desdijo, espero no desaprenderla, porque hoy como nunca el panorama requiere de gente que salga a mediar, que respete a los diferentes y que sea capaz de abrir espacios de diálogo. Hilarión Cardozo, la perfecta excusa para esa lección de tolerancia ha muerto, vayan estas líneas como un homenaje a un hombre que no conocí.

miércoles, 10 de agosto de 2011

Un País en Vilo. Un panfleto Necesario


Por: Galileo Gal
El país ha sido aquejado intermitentemente por dificultades, crisis y escándalos de dimensiones crecientes. La capacidad de sorprendernos se redimensiona con cada nuevo estallido noticioso. Cuando creemos que ya nada podrá desconcertarnos aparece un millón de kilogramos de alimentos podridos y la sospecha de que una cantidad indeterminada de comida fue enterrada en secreto por la desidia y la corrupción.
Porque no se trataba de alimentar el hambre sino de enriquecer a unos vivos. El hambre de unos es el negocio de otros. Unos estómagos quedaron vacios y unos bolsillos llenos… Alucinante: Todo en nombre de los pobres.

Pero eso solo era el inicio, un presunto responsable era un presunto empresario del transporte presuntamente socio del hermano mayor del jefe máximo de este relajo. Pero el presunto transportista devino en presunto banquero y presuntamente muy, muy, pero que muy rico en poco tiempo. Cárcel para el señor y el big brother gobernador.
Pero la madeja se desenrolla y otros banqueros caen bajo el escrutinio de una policía secreta que se creó hace años en ese pedazo de patria que queda en una isla, “e’ la mijma cosa” como diría Raúl. Lo cierto es que el G-2 no acepta competencia en los negocios y recomendó escarmiento ejemplar a los que se enriquecen velozmente. Los negocios grotescos, las triangulaciones por ejemplo, están reservada(o)s para Cuba. Por esa solidaridad enorme que cementa el internacionalismo proletario.

De pronto unas lluvias del carajo demuestran que el aparato propagandístico de la “Revolución” no es suficiente para dar albergue y comida provisional a los “dignificados” pero es arrechísimo para generar expectativas… y un gobierno que apenas ha construido 249.000 viviendas en 12 años de colosales ingresos petroleros inventa, la GRAN MISIÓN VIVIENDA …para vivir viviendo, (vaya usted a saber qué coño significa semejante subtitulo, en el que infinitivo y gerundio del mismo verbo construyen un enigma grandilocuente y vacio)

Pero hagamos el cuento corto y brinquemos hasta el último escandalazo. En una cárcel, de esas que el Estado construye para recluir y castigar a los infractores de la ley, esas que están bajo responsabilidad del Estado y custodia la GUARDIA NACIONAL BOLIVARIANA, las confrontaciones entre los presos no son a coñazo limpio, ni siquiera con chuzos construidos con las patas de las camas o los cubiertos afilados, ni siquiera son solo con revólveres, sino que dentro de El Rodeo I encontraron armas automáticas cortas pero sofisticadas, granadas, subametralladoras y armas largas, FUSILES, FAL, AK-103 hermano moderno del famoso 47. Pero dicen, que en El Rodeo 2 hay incluso un par de ametralladoras punto 50. Similar situación se presenta en mayor o menor grado en todos los penales… Ciertamente los presos deben ser desarmados. Pero como en otros casos quienes se hicieron ricos a costa de la sangre en las cárceles, no aparecen en la perorata oficial. Unos mueren sin pena ni gloria en las cárceles y otros se enriquecen vendiendo drogas, licor, armas. Unos viven un infierno y otros se hacen inmensamente ricos encendiendo el fuego… A ese infierno solo van los POBRES en nombre de los que se ufanan en hablar los burócratas de este gobierno.

(Por razones de espacio no hemos hablado de los hospitales de la muerte, en los que se han invertido miles de millones de Bolívares y siguen siendo un asco, ¿dónde están los reales?. No Hemos Hablado de la crisis eléctrica que daña tus aparatos y enriquece a los que venden Plantas vetustas que unos delincuentes en el gobierno saben que no resolverán el problema pero los hará ricos. No hemos hablado del Gurí lleno o vacio que no produce electricidad, porque no mantienen las turbinas. No hemos hablado de la indolencia frente a la delincuencia pues una red de complicidades toca jueces, policías y políticos que se hacen ricos a costa de mucho miedo, dolor y sufrimiento. No hemos hablado de un país sin agua en medio de la llovedera, no quiero imaginar una sequía. No hemos hablado de barrios que se caen con la lluvia, no quiero imaginar un terremoto)

Pero, mientras este país se cae a pedazos, mientras las grandes mayorías sufren el implacable rigor de la inflación y el sueldo no alcanza. Mientras no aparece un Proyecto Nacional y Colectivo, cuando mucha gente sin alternativas espera que le salpique individualmente unas gotas del festín del despilfarro y la corrupción… El último y más espectacular de los enigmas cubre con su manto toda dificultad, todo escándalo, toda crisis: LA SALUD DEL PRESIDENTE.

Todo se detiene, el gobierno a la espera de instrucciones del Jefe Supremo de la Revolución, La Asamblea Nacional Socialista no sabe qué hacer, el que legisla está enfermo. El Tribunal Supremo no sabe si el ausente los llamará PLASTAS si deciden algo que no le guste. La Defensora titubea, la Fiscal balbucea y el Contarlor, QEPD, espera sustituto, que espera quien lo nombre… El dedo, ¿cómo lo llamo Jackeline?, de Chávez.

Pero lo más increíble es que a quien le toca denunciar el desbarajuste, la quiebra, el saqueo del país. A quien le toca OPONERSE a la corrupción, al despilfarro, a la indolencia. A quien le toca construir una Alternativa Democrática, un Proyecto de País… Ha descubierto una inclinación repentina por la investigación policial, una insaciable ser de verdad, un nuevo deporte nacional: ESPECULAR SOBRE LA SALUD DEL PRESIDENTE.

QUE BOLAS, EL PAÍS RUMBO AL ABISMO Y TIRIOS Y TROYANOS ESPECULAN SOBRE LA SALUD DEL MANDATARIO. Tirios y troyanos mantienen un país en vilo en lugar de hacer, cada quien lo que le corresponde hacer.

Y como este gobierno no hace nada sin que alguien se haga RICO (lo cual es muy malo, claro está) ¿quién estará frotando sus manos y calculando ganancias?
Espero que el Presidente sane… si está enfermo. Regrese… si está sano. Y se haga responsable de la enorme ineficiencia e incapacidad que generó poniendo incapaces obedientes, en lugar de profesionales capaces frente a las demandas populares.
Espero que la Alternativa Democrática no se deje seducir por la especulación y haga la tarea de construir una nueva mayoría para acabar con el caos y sacar al venezolano del funambulismo de la cuerda de escándalos.